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2 diciembre 1998 3 02 /12 /diciembre /1998 06:35

Como consecuencia del fracaso de la estrategia di-plomática colombiana de precipitar la resolución del Diferendo Limítrofe del Golfo de Venezuela me-diante la negociación directa o con la intervención de la Comisión Permanente de Negociación (Tratado de 1939), el presidente Virgilio Barco y su canciller Julio Londoño provocaron una crisis que estuvo muy cerca de desembocar en guerra abierta entre las dos naciones: Con la misión de hacer presencia en el área reclamada por Colombia de acuerdo a su tesis de Línea Media, la corbeta colombiana ARC Caldas cruza el Paralelo de Castilletes en dirección sur la mañana del 9 de agosto de 1987. A las 9:10 am es avistada por el patrullero venezolano ARV Libertad:

-Corbeta Caldas, usted se encuentra sin autorización en aguas jurisdiccionales venezolanas, sugiero su retiro inmediato.

-Bienvenido, patrullero Libertad al mar territorial colombiano, zona económica exclusiva, cumpliendo navegación rutinaria.

-No existe tal zona económica exclusiva, estas son aguas jurisdiccionales de Venezuela. Usted está en el Golfo de Venezuela donde hemos ejercido soberanía desde antes de la independencia. ¡Le ordeno desalojar estas aguas!

A pesar de los antecedentes recientes relacionados con el intercambio de notas diplomáticas tratando el tema limítrofe, la irresponsable acción colombiana tomó por sorpresa al gobierno venezolano; no obstante, la respuesta militar fue contundente:

-¡Libertad, Libertad de Caldas, cambio!

- Adelante, Caldas. Aquí Libertad.

-Señor Comandante del ARV Libertad, nos sentimos amenazados con los aviones que nos hacen pasajes rasantes… Interrogativo, interrogativo, cambio –la voz del Comandante del Caldas denotaba agitación y temor.

Atendiendo al llamado del capitán Alfredo Castañeda del patrullero Libertad, a las 10:45 am dos aviones caza F16 procedentes de las costas falconianas habían iniciado la rata de descenso que les permitiría ejecutar el patrón de ataque hacia el blanco representado por el Caldas, sólo que en esta ocasión se trataba de pasajes rasantes que se repiten por varios minutos.

-Caldas de Libertad, quienes se sienten amenazados somos nosotros con su presencia arbitraria en aguas jurisdiccionales venezolanas; -y en tono más fuerte- ¡por lo que le ordeno nuevamente proceder al norte!, la Armada y la Fuerza Aérea de Venezuela estamos dispuestos a hacer valer nuestra soberanía, cambio.

La tensión va en aumento, se disparan las alertas y se inicia una movilización militar de altas proporciones. Sin dudas el objetivo del capitán Sergio García de la corbeta Caldas era dejar constancia, debidamente registrada, de la presencia de la armada colombiana al sur de Castilletes. Por ello lo explícito al señalar su posición al sur del paralelo 11º50´ y manifestar estar dentro del “mar territorial colombiano”. A las 3:50 pm el Caldas toma rumbo al norte:

-Caldas de Libertad. Es una decisión muy sabia de su parte; gracias por haber cumplido la orden.

-Libertad de Caldas. Procedo a abandonar el área. He cumplido mi misión de hacer presencia y ejercer control. Terminado.

-Caldas de Libertad. Su retirada reafirma la soberanía venezolana en el Golfo de Venezuela. Terminado.

Evidentemente la acción colombiana había sido planificada: el Ministro de Defensa venezolano, General Heliodoro Guerrero Gómez, había estado en Cartagena como huésped del Comandante de la Armada Colombiana, Rafael Araujo Grau, cuando el Caldas zarpó de ese puerto nueve días antes. Venezuela reaccionó realizando una eficiente movilización de sus Fuerzas Armadas. Antes de amanecer el 10 de agosto arriba al Golfo de Venezuela la fragata misilística ARV General Salom al mando del capitán de navío Pierre Herrera Istúriz, quien asumió el comando táctico de operaciones; la acompaña el patrullero cañonero ARV Independencia y en la tarde de ese mismo día se suma la fragata ARV Almirante Brión. La noche del 11 de agosto es detectada la corbeta Caldas que navegaba sin luces en las inmediaciones de Los Monjes. Los comandantes del Caldas y Brión intercambian comunicaciones solicitando mutuamente abandonar las aguas territoriales de sus respectivos países.

El presidente venezolano, Jaime Lusinchi, convoca la mañana del 12 a una reunión de alto gobierno en Miraflores, ordena el estado de “alerta militar” y constituye un Teatro de Operaciones comandado por el general José María Troconis Peraza, Inspector General del Ejército. La conclusión de dicha reunión fue que la incursión de la corbeta Caldas no podía interpretarse como algo fortuito o aislado dada la seriedad de la política exterior colombiana, por lo que Venezuela debía prepararse para una acción de mayores proporciones por parte de las fuerzas militares de Colombia. Se reafirma, entonces, el establecimiento de la prolongación de la frontera terrestre venezolana como línea de delimitación del Golfo de Venezuela, y se ordena a las Fuerzas Armadas Venezolanas considerar como un “barco incursor” a cualquier nave situada al sur de esa línea.

Ese mismo día el batallón Bravos de Apure fue desplazado al norte del río Limón; igualmente, fueron movilizados a posiciones estratégicas los batallones de infantería Arismendi y Girardot, así como el grupo de artillería Freites. El batallón de ingenieros Carlos Soublette, el batallón de apoyo José Escolástico Andrade y el grupo de artillería lanza cohetes múltiples José Gregorio Monagas activaron sus alertas máximas. Entrada la noche el embajador venezolano en Bogotá, Luis La Corte, se reúne con el presidente Barco en el Palacio de Nariño y le manifiesta el riesgo de un enfrentamiento militar; al día siguiente el canciller venezolano, Simón Alberto Consalvi, hace entrega de la nota GM-1627 al embajador colombiano en Caracas, Pedro Gómez Borrero, donde reafirma la soberanía venezolana sobre el área ocupada por el Caldas y exige la inmediata salida de la embarcación colombiana a la vez que advierte que “el gobierno venezolano ha evitado adoptar las medidas que las circunstancias justifican”.

 

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2 diciembre 1998 3 02 /12 /diciembre /1998 06:31

 

El Golfo de Venezuela está ubicado al norte de Sudamérica y en su mayor proporción forma parte de las aguas territoriales de Venezuela. La pequeña parte ubicada frente a las costas de La Guajira colombiana ha llevado a que persista un diferendo limítrofe por la no definición de la frontera marítima entre ambos países. La importancia del Golfo radica en el hecho de que, además de poseer grandes cantidades de gas natural y petróleo, enlaza con el Mar Caribe al Lago de Maracaibo, de donde se extrae gran cantidad del petróleo exportado por Venezuela.

TESIS VENEZOLANA

La posición venezolana en relación a la delimitación de aguas marinas y submarinas en el Golfo se basa en la Línea de Prolongación de Frontera Terrestre, y en el establecimiento de la Línea Media entre Península de la Guajira y los Monjes. Aunque se ha manejado la tesis de la “costa seca”, de acuerdo con la cual la totalidad del Golfo estaría bajo soberanía de Venezuela tomando el meridiano de Punta Espada como el límite, esta opción no ha sido adoptada oficialmente por el gobierno venezolano.

TESIS COLOMBIANA

Colombia insiste en que el Archipiélago de Los Monjes, como islotes deshabitados a 20 millas marinas de la costa colombiana, no genera plataforma continental. Su tesis presenta una división de Línea Media entre los territorios continentales de Colombia y Venezuela, reconoce la soberanía venezolana sobre los Monjes y los considera como un enclave venezolano dentro del mar territorial colombiano.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Desde la disolución de la Gran Colombia, Venezuela y Nueva Granada buscan la definición de los límites territoriales con fundamento en el uti possidetis iure, estableciendo que sus fronteras serían las mismas que antes de la independencia de España. Para negociar esta delimitación el presidente venezolano, José Antonio Páez, designó a su Secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores, Santos Michelena; mientras Francisco de Paula Santander, presidente de Colombia, nombró a su Secretario de Interiores y Relaciones Exteriores, Lino de Pombo. Las negociaciones comenzaron el 9 de diciembre de 1833 y culminaron el 14 de diciembre del mismo año, dando como resultado el Tratado Michelena-Pombo que establecía la división de la Península de la Guajira en dos partes que “Partiendo del Cabo de Chichibacoa, seguiría rectamente por las alturas de las montañas de Oca y las cumbres de Perijá hasta encontrar el origen del río Oro; luego, bajaría por sus aguas hasta la confluencia con el Catatumbo; seguiría por las faldas orientales de las montañas y, pasando por los ríos Tarra y Sardinata, iría rectamente a buscar la embocadura del río de La Grita en el Zulia; desde allí, por la curva reconocida como fronteriza, continuaría hacia la quebrada de Don Pedro y bajaría por este río al Táchira […]”

Aprobado por el Congreso neogranadino en 1834, el Tratado Michelena-Pombo fue sometido a consideración de una comisión legislativa venezolana, integrada por Pedro Briceño Méndez, Manuel Felipe de Tovar y Valentín Espinal; la cual rindió un informe desfavorable a la aprobación del tratado, alegando, entre otras consideraciones, que la línea fronteriza debía comenzar en el Cabo de La Vela, y no en el de Chichibacoa. Las modificaciones sugeridas por el cuerpo legislativo venezolano no encontraron eco en su par neogranadino, donde se solicitaba la aprobación del texto original.

En 1842 se reiniciaron en Caracas las negociaciones para crear un nuevo Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre ambos países, que fue firmado el 23 de julio de este mismo año. No obstante, la resolución del problema del trazado fronterizo quedó aplazada. En 1856 Venezuela protestó el intento de Colombia de otorgar una concesión de guano en el Archipiélago Los Monjes, que no se concreta. El 22 de agosto de 1871 este archipiélago es incluido junto a Los Roques y La Tortuga en el Territorio Colón, entidad que organizaba a las islas no incorporados a los estados federales.

En vista del estancamiento de las negociaciones, en 1881 Venezuela y Colombia deciden someter la disputa limítrofe al arbitraje de Alfonso XIl, rey de España. Diez años más tarde, el 16 de marzo de 1891, el Laudo Arbitral Español establece la frontera en la Guajira a partir del Mogote de Los Frailes. En 1898 se designó una Comisión Mixta venezolano-colombiana para aplicar el Laudo de 1891; algunas demarcaciones geográficas no se correspondían con los accidentes del terreno por lo que, ante la dificultad para ubicar el Mogote de Los Frailes, la Comisión, de manera inconsulta y sin fundamentos legales, estableció la línea divisoria a partir de Castilletes. En 1916 ambos gobiernos deciden someter la demarcación de la frontera al Arbitraje del Consejo Federal Suizo que en 1922 confirma la frontera establecida en 1891, aceptando Castilletes como punto inicial en la Guajira.

El 17 de diciembre de 1939 es firmado por los presidentes Eleazar López Contreras y Eduardo Santos el Tratado de No Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicial; que establece, la voluntad de convivencia pacífica entre las dos naciones, obligándolas a no recurrir a la guerra o agresión; y delinea las vías de resolución de conflictos y conciliación de diferencias. Meses más tarde, el 5 de julio de 1941 es acordado el Tratado de Límites Terrestres entre Venezuela y Colombia, por medio del cual “todas las diferencias sobre materia de límites quedan terminadas”. El mismo es rubricado en Cúcuta por López y Santos, estableciendo como frontera legal la línea marcada por el Laudo Suizo. De esta manera, 108.000 km² de territorio venezolano pasaron a la soberanía de Colombia; colocando una pequeña porción de costas del Golfo de Venezuela en el mapa colombiano; pero bajo el concepto de "costa seca", según el cual, a partir de la playa todas las aguas continuarían bajo jurisdicción venezolana.

En 1952 durante el breve gobierno interino del presidente Roberto Urdaneta Arbeláez, ante un reclamo de Venezuela y a instancias del canciller colombiano, Juan Uribe Holguín, fue reconocida la soberanía de Venezuela sobre los islotes de Los Monjes, mediante la nota diplomática GM-00542: “El gobierno de Colombia declara que no objeta la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el Archipiélago de Los Monjes y que en consecuencia no se opone ni tiene objeción respecto al ejercicio de la misma o cualquier acto de reclamación alguna que formular respecto al ejercicio de la misma o a cualquier acto de dominio de este país sobre el archipiélago en referencia”. El 29 de noviembre de 1952, en medio de la crisis del gobierno transitorio que tres días más tarde colocaría en el poder al teniente-coronel Marcos Pérez Jiménez, es izada por primera vez en Los Monjes la bandera de Venezuela.

En 1958 se celebró la Convención de Ginebra donde se introduce el concepto de Plataforma Continental y se establece que: “circunda a los continentes hasta una profundidad media de 200 m, […] lo cual representa una anchura de cerca de 90 km en promedio”. En dicha convención Colombia solicitó delimitar sus aguas territoriales en el Golfo de Venezuela. En 1960 las Naciones Unidas promulga el Tratado de Mar que declara nulo el concepto de “costa seca”. Desde entonces Colombia inicia los trámites de soberanía sobre parte del Golfo de Venezuela; Sin embargo, Venezuela no ha firmado dicho tratado y, por consiguiente, no está sujeto al mismo.

 

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